Los pórticos fuera de las murallas

Los pórticos están por todas partes, basta con mirar más allá de las murallas de la ciudad para darse cuenta de la extensión de su abrazo.

En la llanura boloñesa, Pieve di Cento es conocida como la "pequeña Bolonia" por la presencia de numerosos pórticos bien conservados en el centro histórico que la convierten en una verdadera joya. Digna de mención es la Casa degli Anziani, un antiguo edificio sostenido por uno de los pórticos de madera más antiguos del pueblo, que antaño fue posada, refugio de peregrinos y posta de caballos.

En Budrio y San Pietro in Casale, en cambio, puedes perderte por las estrechas callejuelas y admirar los arcos en toda su belleza.

En Imola, el imponente Palacio Municipal está situado en el corazón del centro histórico, a caballo entre la via Emilia (antiguo decumano romano), donde se encuentran, entre otros, el pórtico del Palazzo Sersanti y la antigua Farmacia del Hospital, y la via Appia (cardo romano). Rica en pórticos, la ciudad acoge al visitante entre capiteles, largas columnas y amplios arcos en un largo paseo de descubrimiento. No hay que olvidar el pórtico de via XX Settembre en el pueblo medieval de Dozza, único ejemplo de recorrido porticado que contribuye a su singularidad.

Por último, entre los montes de los Apeninos se encuentra el Claustro Olivetano della Cisterna, del siglo XVI, donde se recogía el agua de lluvia para uso público. Justo aquí, en la Piazzetta San Leonardo de Monghidoro, el sol, al salir, juega a asomarse entre las columnas, creando sombras que perseguir.